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Scientific

“Avanzar en el conocimiento de las bases biológicas del envejecimiento permite actuar de manera preventiva frente a las enfermedades”

El control de la senescencia celular acaba de incluirse en las líneas maestras de investigación del CiMUS bajo la coordinación de Manuel Collado, gracias a un convenio entre el CSIC y la USC. El abordaje experimental frente al envejecimiento del nuevo grupo es muy amplio y abarca desde la llamada reprogramación celular, una tecnología muy prometedora pero aún en fase muy temprana, hasta la búsqueda de fármacos capaces de provocar la muerte selectiva de las células senescentes que están detrás de las enfermedades del envejecimiento, una búsqueda que está dando ya sus primeros pasos hacia la práctica clínica, lo que promete enormes beneficios en distintas áreas terapéuticas. El estudio global del envejecimiento debería, por ello, a juicio de Collado, ser una prioridad en las estrategias integrales de salud de nuestras sociedades, especialmente en Galicia como una de las regiones más longevas del mundo.

Grupo Senescencia Celular, Cáncer y Envejecimiento - Manuel Collado 

 

¿Qué ha propiciado su traslado al CiMUS de la USC?

En 2022 conseguí una plaza de Investigador Científico del CSIC y gracias a la firma de un convenio entre el CSIC y la USC pude incorporarme al CiMUS como personal temporalmente adscrito a la USC. Este convenio es una herramienta perfecta para estrechar las relaciones entre el CSIC y la USC, permitiendo la presencia de investigadores del CSIC en Santiago.

 

¿Qué fortalezas encuentra aquí?, ¿qué valor cree que puede aportar su grupo y líneas de investigación a la estructura actual del CiMUS?, ¿qué objetivos se marca a corto y medio plazo?

La investigación Biomédica en Santiago cuenta con una trayectoria histórica importante que se ha visto reforzada y expandida en los últimos años hasta crear una comunidad muy activa y pujante, especialmente desde la puesta en marcha del CiMUS. Existen diversas áreas en las que los investigadores de la USC son punteros y eso nos aporta una oportunidad de trabajar en campos en los que no somos expertos gracias a la colaboración con diversos grupos. A su vez, nuestro grupo tiene una larga trayectoria de investigación en el campo de la senescencia celular, un proceso básico, esencial en la fisiología normal de los tejidos y muy relacionado con diversas patologías, principalmente las relacionadas con el envejecimiento. Creemos que podemos aportar nuestras líneas de investigación y nuestro conocimiento para el desarrollo del trabajo de los grupos de investigación locales.

 

Su grupo Senescencia celular, cáncer y envejecimiento permitirá también reforzar el área de investigación del CiMUS en cáncer. ¿Qué potencial ve en el CiMUS en esta área? 

El CiMUS cuenta con investigadores con gran experiencia en la investigación del cáncer cuyas aproximaciones pueden ser complementarias con las que nuestro grupo desarrolla. Crear sinergias que nos permitan a todos beneficiarnos aunando las distintas perspectivas es una posibilidad muy atractiva.

 

Teniendo esto en cuenta, ¿cómo valora la colaboración interdisciplinar entre grupos y áreas de conocimiento afines, tan instalada en el CiMUS?

Una de las fortalezas del CiMUS es esa, su enfoque multidisciplinar que permite enfocar la investigación en medicina molecular desde distintos puntos de vista, lo que genera una investigación más original y productiva.

 

¿Cómo abordan en su laboratorio el estudio de la senescencia celular?

Nuestro laboratorio estudia la senescencia celular desde todos los ángulos posibles. Nos ocupamos de la identificación de estas células, de entender su papel en la fisiología normal de los tejidos, su implicación en las enfermedades del envejecimiento, sus efectos durante la terapia del cáncer, las estrategias terapéuticas que explotan el conocimiento de la senescencia celular, etc. Esto lo realizamos en sistemas de cultivo celular in vitro y empleando también modelos animales de experimentación. Este abordaje experimental tan amplio es posible gracias al trabajo excelente de un fabuloso equipo de jóvenes investigadores y a las numerosas colaboraciones que mantenemos de manera local e internacional.

 

¿Es el control de la senescencia celular la clave para poder retrasar el envejecimiento?

En Biología, y tratando con sistemas complejos, no podemos nunca hablar de una única clave, pero los estudios más recientes que han ido apareciendo en los últimos años sí permiten afirmar que el control de la senescencia celular puede aportar enormes beneficios en distintas áreas terapéuticas. Tanto es así que nos encontramos ya en los primeros pasos que nos permitan trasladar el conocimiento básico obtenido en el laboratorio a la práctica clínica, diseñando ensayos clínicos que nos permitan avanzar en firme generando conocimiento clínicamente relevante.

 

Una de sus líneas de estudio es la reprogramación celular para modificar los patrones de envejecimiento y enfermedades asociadas. ¿A qué avances han llegado en este campo?

La reprogramación celular es un fenómeno tan espectacular que abre enormes posibilidades en muchas direcciones. Originalmente se desarrolló como estrategia que permitía desdiferenciar cualquier célula adulta con una identidad particular hasta un estado de célula pluripotente embrionaria. Ese descubrimiento fue espectacular e inició muchas vías de investigación. Una de ellas es la posibilidad de rejuvenecer las células mediante una estrategia que permite separar el efecto desdiferenciador de la reprogramación, del rejuvenecedor que también posee. Nosotros hemos experimentado con este proceso, denominado reprogramación parcial, y las posibilidades que ofrece para tratar el envejecimiento y muchas patologías, con resultados espectaculares en los que aún estamos trabajando pero que representan una gran promesa en muchas áreas terapéuticas.

 

¿Qué papel juega actualmente en él la llamada tecnología de las células madre? 

En nuestro caso, tratamos de aprovechar el conocimiento desarrollado en este proceso de reprogramación a célula madre de pluripotencia inducida, descrito inicialmente como una manera de obtener células pluripotentes embrionarias, pero con el objetivo de aprovechar el potencial rejuvenecedor que ofrece.

 

¿Es el cáncer una enfermedad del envejecimiento? ¿Por qué eligió el envejecimiento como campo de estudio?

El cáncer es esencialmente una enfermedad del envejecimiento. El factor de riesgo con mayor impacto en el desarrollo del cáncer es la edad. Mayor incluso que factores en los que hemos insistido durante años como fumar, el alcohol, la radiación solar, etc. El factor único más determinante para el desarrollo del cáncer es el envejecimiento. Pero es que lo mismo ocurre con prácticamente cualquier enfermedad. El envejecimiento nos debilita y predispone al desarrollo de patologías, las agrava y hace menos efectivas las opciones terapéuticas. En el último siglo hemos conseguido aumentar nuestra longevidad y un mayor número de personas consigue alcanzar edades avanzadas, lo que supone que la población envejece. Si ponemos ambos factores juntos, mayor predisposición a enfermedades con la edad y una población más envejecida, el reto al que nos enfrentamos es el de una mayor prevalencia de enfermedades asociadas al envejecimiento de las que debemos ocuparnos. Avanzar en el entendimiento de las bases biológicas del envejecimiento es entender cómo enfermamos y tratar de retrasar o paliar los efectos del envejecimiento es actuar de manera preventiva frente a las enfermedades. Incluso, conocer cómo contribuye el envejecimiento a muchas enfermedades podría proporcionarnos oportunidades de intervención terapéuticas efectivas que disminuyan la fragilidad y dependencia que muchas veces acompañan la vejez. El estudio integral del envejecimiento debería ser una prioridad en nuestras sociedades. Así lo han entendido la mayoría de los países avanzados y sin embargo España, uno de los países más longevos del mundo, no parece apostar por esta investigación. Galicia posee algunas de las regiones más longevas del mundo y el estudio del envejecimiento debería ser prioritario.

 

Actualmente cuentan ya con resultados satisfactorios en ratones en los que a través de fármacos han visto ya eliminadas las células senescentes de su organismo, ¿qué significado tiene este hecho y que aplicaciones tendría en humanos? 

Una de las áreas de investigación recientes es la que pretende desarrollar estrategias farmacológicas que permitan reducir la presencia de células senescentes en el organismo. Estas células se producen como consecuencia de la activación de una respuesta protectora frente a daños celulares y que nos beneficia promoviendo la reparación y regeneración de los tejidos dañados. Sin embargo, con la edad los tejidos acumulan estas células de manera aberrante y hoy sabemos que contribuyen de manera muy importante al desarrollo de enfermedades del envejecimiento. También se ha podido demostrar que eliminar o reducir su presencia tiene grandes beneficios terapéuticos. Por ello son muchos los que se han lanzado a buscar potenciales fármacos capaces de provocar la muerte selectiva de estas células, lo que conoce como fármacos senolíticos. Nuestro grupo identificó hace ya unos años una nueva familia de este tipo de fármacos gracias a la plataforma de descubrimiento de fármacos del CiMUS, Innopharma. Eso además nos sirvió para aumentar nuestra búsqueda de senolíticos y gracias a la iniciativa europea Openscreen conseguimos identificar varias moléculas muy prometedoras que estamos en la actualidad investigando.

 

¿Este hallazgo puede llegar a derivar en un nuevo grupo de fármacos que reduzcan los efectos negativos del envejecimiento sobre la salud? ¿Serían aplicables a enfermedades como las cardiovasculares, las neurodegenerativas y el cáncer que son las que actualmente están frenando el envejecimiento saludable?

La promesa de los fármacos senolíticos es la de unos compuestos capaces de reducir la presencia de células dañadas que provocan inflamación crónica, alteran los tejidos y contribuyen al deterioro de la funcionalidad de los órganos en donde se encuentran. Experimentalmente se ha demostrado que esta reducción tiene unos grandes beneficios para la salud a edad avanzada. En animales de experimentación es posible observar cómo los animales tratados con senolíticos llegan a edades avanzadas en mejor estado de salud y con menor incidencia de enfermedades. Esto sería un potencial uso preventivo del desarrollo general de enfermedades durante el envejecimiento. Pero también se ha demostrado un beneficio cuando los senolíticos se han aplicado a modelos de enfermedades concretas. Esta última vía es la que en la actualidad se está explorando ya en humanos, mediante ensayos clínicos con pacientes de enfermedades concretas.

 

¿En qué punto se encuentra actualmente esta línea de investigación? 

Como digo, estamos en los pasos iniciales de su traslación a la clínica. Conviene ser muy cautos y no prometer curaciones milagrosas porque lógicamente es de esperar que el camino no sea sencillo y tampoco conviene descartar prematuramente una potencial vía terapéutica al primer revés. La investigación requiere sus tiempos y los avances son seguidos de retrocesos o barreras que obligan a replantear las estrategias hasta dar con resultados positivos.

 

¿Será posible, entonces, rejuvenecer biológicamente?

Sabemos que es posible rejuvenecer biológicamente. Todo organismo nuevo procede de un organismo viejo. La evolución ya resolvió esa cuestión. El problema es dar con la forma adecuada de recrear ese proceso de manera controlada en nuestro beneficio, un reto que se antoja descomunal. Pero por el camino es posible que demos con alguna clave que nos permita modestamente aplicar ese conocimiento en beneficio de nuestra salud.

 

¿Cómo imagina el envejecimiento en el futuro? ¿Hasta qué edad viviremos en el futuro? ¿Qué cambios están por venir?

Una cuestión fundamental que hay que entender es que entre tanto ruido como se genera con pronunciamientos estrambóticos de personajes que inundan los medios, la ciencia seria avanza de manera mucho más cautelosa, seria y callada. Los objetivos de esta última están claros y no tienen nada que ver con conseguir la inmortalidad ni desarrollar capacidades extraordinarias, sino avanzar en la senda que ha caracterizado la medicina científica de las últimas décadas, aumentar nuestro conocimiento de los procesos biológicos para desarrollar estrategias terapéuticas eficaces. El envejecimiento es un proceso biológico muy complejo y fascinante que debe ser estudiado de manera científica seria para desentrañar sus bases moleculares y celulares y, con ello, plantear posibilidades de mejora de nuestra salud.